Aprovechando que estamos en Enero, mes de tiempo frío, vamos a hablar de los radiadores portátiles. Realmente son una solución muy adecuada para ciertas ocasiones, como cuando trabajas en un despacho en casa, y sin embargo no hay nadie más en toda la vivienda, y encender la calefacción para calentarla toda es un gasto de energía muy grande puesto que no se aprovecha. Para este caso en concreto, tienes incluso una placa de calefacción bajo mesa que te puede venir estupenda para mantener una temperatura ideal en el área de trabajo o de estudio.
También vienen estupendos los radiadores portátiles cuando vives solo, y como en la ocasión anterior, pasas un buen rato en una habitación de la casa, como la cocina o el salón, y nadie más aprovecharía la calefacción del resto de la vivienda. Una calefacción portátil es el elemento que estabas buscando.
En el trabajo también puede ser una solución ideal. En muchas ocasiones, sobre todo en naves industriales, las oficinas están muy frías, y como el trabajo es más bien sedentario, el cuerpo no genera mucho calor al no haber movimiento. Para contrarrestar un ambiente de trabajo tan frío, un elemento transportable, como un radiador portátil, puede hacer que cambie completamente tu entorno de trabajo, sin que se te queden los pies y las manos heladas, o tengas que estar tecleando en el ordenador con el abrigo puesto.
Otro lugar donde realmente se aprecia tener un radiador portátil es en el baño, ¿verdad? ¿Cuántas veces salimos de la ducha completamente mojados, y hasta que nos vestimos no hacemos más que tiritar? Hay ocasiones, que bien porque tenemos calefacción central y a la hora que nos hemos de duchar todavía no está encendida, o bien porque pasamos muy poco tiempo en casa antes de ir al trabajo y no nos merece la pena encender todo el sistema, la casa está realmente fría, y de una experiencia mañanera agradable como podría ser la primera ducha, pasa a ser un difícil trago que odiamos experimentar durante todo el invierno.
Los radiadores portátiles tienen una sola función: proporcionar calor. Pero es una función tan básica que puede ser la diferencia entre pasar un rato agradable duchándose, viendo la tele o leyendo frente al hecho de estar abrigado bajo mantas y mantas, o tiritando al salir de la ducha.
Por un radiador portátil en tu vida si vives alguna de estas situaciones, y verás cómo cambia la cosa.
